Jone, batzuetan (Jone, a veces), ópera prima en solitario de Sara Fantova, que firma también el guion junto a Núria Dunjó, se trata de una película a primera vista simple, pero que en realidad se va a ver inundada de una compleja profundidad a medida que avanza su trama, convirtiéndose así en una flecha directa al corazón.
En ella, su directora nos va a presentar a un personaje verdaderamente fascinante como lo es Jone que, en medio de la Semana Grande de Bilbao, va a descubrir su primer amor a la vez que se enfrenta al desgaste que supone la enfermedad degenerativa de su padre. Así pues, la contraposición entre las escenas de la euforia de la feria y de la intimidad del despertar sentimental frente a los momentos en que Jone debe hacerse cargo su familia hacen del largometraje una bellísima muestra del paso a la adultez de su protagonista.
Es este, de hecho, uno de los puntos más interesantes del filme, puesto que nos enfrenta la enfermedad de una manera cruda, directa y conmovedora, atreviéndose a mostrárnosla no solo desde el punto de vista del enfermo sino también del de su entorno con una gran delicadeza, planteándonos reflexiones muy necesarias.
Si hay algo que realmente destaca en la película es, sin ninguna duda, el sobresaliente trabajo fotográfico que hay detrás de la misma, ofreciendo unos planos impresionantes y que van a hacer de ella una joya visual.
Jone, a veces participa en la 30ª edición del Festival Internacional de Cine LGBTIAQ+ de Madrid (QueerCineMad) en colaboración con el Festival de Cine por Mujeres.

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